jueves, 11 de enero de 2007

Recorrí el estrecho tramo que, de nuevo, me encierra en el círculo descrito por tu voz…en espirales me sumerjo intentando encontrar la llave al olvido.

Y volveré a encontrare, pero en otro tono y distinto sabor que me llene de sed y ansiedad… las letras de tu nombre serán distintas, mas en el pecho misma huella e igual soledad.

Baja el telón y tu espectral presencia se me niega, efímera inspiración que primero me abandona y después regresa en efigie inesperada… dejas un tibio vacío cuando partes sin irte para tomar mi cuerpo cual vil mercancía.

Contemplo el recuerdo de tu vaga presencia… arco iris blanco y negro que rodea mis sueños… marginada, hilo suspiros mientras tu rostro se disipa en el tiempo.

Silencio… todo lo que en mi vida queda. Las canciones se agotan, grafías irrisorias, oda a este masoquismo que inspiro la obsesión.

Púrpura sentir se desliza por mi rostro y roza mis labios: me intoxica, me da vida y suprime las neuronas.

Deseé suplantar tu néctar con alcohol… más no aturde los sentidos como tu sonrisa, eco de todo lo que una vez amé.

Una vil cobarde que se esconde tras la elipsis que en nosotros marcaste… todo lo que queda luego de un “me voy”.

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