jueves, 11 de enero de 2007

Oscuridad, en el completo silencio turba mi razón. Desafía mis verdades, esa idea de ti que hoy se difumina ante los fármacos.
Deseé ser tu unidad sin sustantivo, sentir irreprimible tatuado en tus glóbulos incoloros. Procuré extremar detalles y no dejar espacio a las excusas que pudieran alejarte de mi insegura condición; todo en perfecta medida para encajar en tus paranoias, trastornar un poco tu letargo sin llevarte a la vigilia.
Pero mi imagen no te satisface; me devoras y regurgitas, envenenas mis sueños para luego abandonarme a la deriva en este mar de ilusiones…
Cual sueño vetado, te observo en mi vitrina de amores frustrados y sueños desechos, destilando esperanzas de un mañana incierto y que ante el silencio pierde vigencia.
Perfecto y distante, como siempre, regresas sin estatutos para este juego que me obsesiona y destruye.
Volveré a ti, mostrando la fuerza de la que carezco, hasta el día de una muerte que, en ti, supone fantasías.

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